Estas cintas se configuran y estructuran mediante una abundancia de concavidades y convexidades que le permiten autosoportarse y mantenerse de pie en un mismo horizonte de 3,20 m y con sólo 40 mm. de espesor (7), casi sin elementos que lo anclen en el suelo, sólo los puntos mínimos que nos solicite la construcción.
Es la relación entre estos 3 planos bidimensionales la que configura un volumen asimétrico, casi desarticulado, donde no nos interesa la construcción de la forma propiamente tal, sino que la interacción entre los planos espejados, las curvas y las contracurvas, donde hemos multiplicado la cantidad de situaciones reflectantes y de deformación, de manera de producir una interacción perteneciente a un mundo de ilusiones, más surreal que real, dado que en la naturaleza no existe la reflexión vertical (8).